El viento sopla,
te evaporas desde tus pies hasta al cielo,
tus manos, tu piel, tu pelo,
el aroma de tus labios,
el color de tus besos,
la llama del llanto te sopla,
nos ahoga en el vaho,
se ahoga el agua, el día, el tiempo,
sopla un susurro con tu nombre
y otro con el mío cae muerto,
irrumpe en risotadas,
se quiebra en el contacto de labio a labio,
en un beso,
en el intercambió de saliva por veneno,
se arrastra por tus manos hasta llegar a tu pecho,
llueve hasta tu cintura,
salpica cada detalle de tu cuerpo,
tu bendito cuerpo,
tu infinito cuerpo,
tu cuerpo eterno,
el cuerpo sin fin bajo un tacto muerto,
cuerpo del llanto del mundo,
viento que se filtra por mis dedos,
por las caricias de mis besos,
tu mejilla de vapor de agua,
de sudor muerto,
besos de labios fantasmas,
besos, manos, piernas,
las calles en el cielo,
allá, en una nube, un auto lento,
en el cristal de las casas faroles,
en las gotas de lluvias cementerios,
en un beso toda lagrima,
en uno solo todo el vapor del sueño…
En un susurro de mi boca al sol
mis labios, mis ojos, mis dedos,
la luz del día, las piedras,
la luz de un ciego,
el mundo entero,
todo es vapor de dos cuerpos desnudos.