miércoles, 27 de enero de 2010

Anduvo entre sirenas,
entre palmeras y matorrales,
no conoció desierto en la arena,
el oleaje empapaba sus manos de frutas tropicales,
de peces, de rocío, de mieles,
olvidó el sabor del llanto,
el olor de smog, el aire de celda,
sus pasos eran de brisa de selva,
de paraíso exótico, de Edén,
de vida eterna…

La ventana cerrada,
la cama distendida,
peste en humo mordiendo
sus manos.
No había ni selva ni sirenas.
Aullidos de llantos salvajes a la intemperie,
gusanos de hambre entre los dientes,
el eco de una bala distante…
Miente,
este mundo no es real,
miente.


Abrió los ojos en medio de una cascada.
Sus manos temblaban de sed,
buscando entre las aguas un jugo que no existe,
besando labios fantasma.
Cavó en lo profundo de sus venas,
cinceló a mano sus llagas.
De sus muñecas bebió el escaso jugo
de la esperanza.
Subió la corriente,
lo arrastraba. Llovía.


Las cortinas ondeaban.
Un plato sucio, un vaso, una cuchara.
la T.V. temblaba.
Es muy pronto.
Aun falta.
La isla era una barca de humo
que le ahogaba.
Hasta sus rodillas unas aguas grisáceas
que le hundían,
En lo profundo de sus pulmones soledad.
Aun falta.
Por favor, mas…


El mapa de un tesoro.
Plata, rubíes, lingotes,
sirenas para amar,
cuerpos de mujeres exóticas,
labios dulces, pechos firmes,
lo sublime de sus pezones al nadar…
Esto es el cielo,
esto es dicha,
esto es amar.

Hacia frio.
Un auto se alejó al pasar.
En sus ojos insomnio,
en su pecho desnudo un frio infernal.
Sus entrañas podridas rugían.
Vuelve.
¿La muerte es dormir o despertar?
Tomo el pincel en sus dedos,
en su nariz dibujó el mar.

Un tiburón, un pez, una foca,
corales, pulpos cangrejos,
tortugas, agua salada, arena, paz.
Las sirenas lo arrastraban
a los mas profundo de su mar.

1 comentario:

mario recamier dijo...

te fascina hablar del mar es bueno saudos comentario de mario