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viernes, 5 de marzo de 2010
martes, 23 de febrero de 2010
Vapor
El viento sopla,
te evaporas desde tus pies hasta al cielo,
tus manos, tu piel, tu pelo,
el aroma de tus labios,
el color de tus besos,
la llama del llanto te sopla,
nos ahoga en el vaho,
se ahoga el agua, el día, el tiempo,
sopla un susurro con tu nombre
y otro con el mío cae muerto,
irrumpe en risotadas,
se quiebra en el contacto de labio a labio,
en un beso,
en el intercambió de saliva por veneno,
se arrastra por tus manos hasta llegar a tu pecho,
llueve hasta tu cintura,
salpica cada detalle de tu cuerpo,
tu bendito cuerpo,
tu infinito cuerpo,
tu cuerpo eterno,
el cuerpo sin fin bajo un tacto muerto,
cuerpo del llanto del mundo,
viento que se filtra por mis dedos,
por las caricias de mis besos,
tu mejilla de vapor de agua,
de sudor muerto,
besos de labios fantasmas,
besos, manos, piernas,
las calles en el cielo,
allá, en una nube, un auto lento,
en el cristal de las casas faroles,
en las gotas de lluvias cementerios,
en un beso toda lagrima,
en uno solo todo el vapor del sueño…
En un susurro de mi boca al sol
mis labios, mis ojos, mis dedos,
la luz del día, las piedras,
la luz de un ciego,
el mundo entero,
todo es vapor de dos cuerpos desnudos.
miércoles, 10 de febrero de 2010
lunes, 8 de febrero de 2010
Olas
Las horas deslavan de la arena
Los nombres que aun no he dicho,
El agua se vuelve el suspiro eterno
Que roe del tiempo la playa,
La labra, la esculpe,
La vuelve granos de veneno,
La vuelve muelle de labios rojos,
La escupe en el malecón de ojos negros,
En el desfilar del huracán de tus piernas,
en donde el mar se vuelve la tierra
en donde las olas se vuelven polvo,
en donde la arena se vuelve agua eterna.
El alba termina en tu espalda.
Son de piedra las manos,
Vivas pisadas de lava vuelan,
Vuelven sobre las venas ya escasas,
Se apilan los puerto en tus rostros,
Se hunden los barcos en tu cara,
de coral son tus dedos, de estrella naufraga.
No eres perfecta,
No puedes serlo,
Eres demasiado sensata.
El vaho salado se vuelve brisa en mis ojos,
No duerme, no descansa,
Mis versos son manchas en un papel de playa,
Son salpicaduras de pez ahogado,
Son gotas secas de una laguna fantasma.
Las gaviotas vuelven a su nido
Para volver al mar mañana.
Las palmeras musitan coplas entre sus ramas,
La lluvia cae al cielo
donde se vuelve nube esponjada.
Yo vuelvo a mis sueños, a mi esperanza,
Vuelvo a dormir en una playa desnuda
Para mañana dejarla,
Para encallar en otra tierra perdida,
En otra arena lejana,
Vuelvo al mar para alejarme del agua.
No hay amaneceres,
Todos son soles que caen,
Que se desgarran,
No hay labios que se rocen,
No tienen caricias nuestras caras,
No tienes palabras en la boca,
No tienes pasos en tus piernas largas,
Eres el viento de un suspiro insomne,
Eres la playa del mar que encalla,
Somos el faro del futuro de nadie,
El océano de la lluvia que canta.
No hay al final agua dulce,
Solo llueven promesas saladas.
La luna se posa en tu cabellera.
Tu que eres un mito te vuelves oleaje,
Te vuelves caricia del mar a playa,
Yo perezco en la arena que me abraza,
Que me hace suyo,
Que de mi carne se embriaga,
Y las olas y la arena
Una a otra,
En un baile de vaivenes eternos
Se deslavan.
Los nombres que aun no he dicho,
El agua se vuelve el suspiro eterno
Que roe del tiempo la playa,
La labra, la esculpe,
La vuelve granos de veneno,
La vuelve muelle de labios rojos,
La escupe en el malecón de ojos negros,
En el desfilar del huracán de tus piernas,
en donde el mar se vuelve la tierra
en donde las olas se vuelven polvo,
en donde la arena se vuelve agua eterna.
El alba termina en tu espalda.
Son de piedra las manos,
Vivas pisadas de lava vuelan,
Vuelven sobre las venas ya escasas,
Se apilan los puerto en tus rostros,
Se hunden los barcos en tu cara,
de coral son tus dedos, de estrella naufraga.
No eres perfecta,
No puedes serlo,
Eres demasiado sensata.
El vaho salado se vuelve brisa en mis ojos,
No duerme, no descansa,
Mis versos son manchas en un papel de playa,
Son salpicaduras de pez ahogado,
Son gotas secas de una laguna fantasma.
Las gaviotas vuelven a su nido
Para volver al mar mañana.
Las palmeras musitan coplas entre sus ramas,
La lluvia cae al cielo
donde se vuelve nube esponjada.
Yo vuelvo a mis sueños, a mi esperanza,
Vuelvo a dormir en una playa desnuda
Para mañana dejarla,
Para encallar en otra tierra perdida,
En otra arena lejana,
Vuelvo al mar para alejarme del agua.
No hay amaneceres,
Todos son soles que caen,
Que se desgarran,
No hay labios que se rocen,
No tienen caricias nuestras caras,
No tienes palabras en la boca,
No tienes pasos en tus piernas largas,
Eres el viento de un suspiro insomne,
Eres la playa del mar que encalla,
Somos el faro del futuro de nadie,
El océano de la lluvia que canta.
No hay al final agua dulce,
Solo llueven promesas saladas.
La luna se posa en tu cabellera.
Tu que eres un mito te vuelves oleaje,
Te vuelves caricia del mar a playa,
Yo perezco en la arena que me abraza,
Que me hace suyo,
Que de mi carne se embriaga,
Y las olas y la arena
Una a otra,
En un baile de vaivenes eternos
Se deslavan.
domingo, 31 de enero de 2010
Marea Alta
A veces sube la marea.
Aguas secas,
lluvia de pescado muerto,
espina de playa virgen,
ríos de sangre perdida
que rae entre mis venas,
charcos de penas,
brizna de orina,
basura,
monedas, cicatrices tuertas,
crédito, creciente de cruces quebradas,
nube de tiempo evaporado,
lluvia de ayer, isla, ciudades,
hombres en muchedumbres abandonados,
en masa muerte muda, mía,
que en pedazos se clava en piernas,
en mis brazos,
casa, choza, cabaña, montaña,
cielo con nubes grisáceas,
dolor de perro muerto,
sirenas de madrugada,
fuego que se consume en su propio humo,
vela enterrada,
lagos de llamas,
sequias, llagas,
llovizna salada,
mares de gente,
ríos de hambre,
agua…
Ahora la marea calla.
En la playa,
no existe diferencia
entre arena y agua.
Aguas secas,
lluvia de pescado muerto,
espina de playa virgen,
ríos de sangre perdida
que rae entre mis venas,
charcos de penas,
brizna de orina,
basura,
monedas, cicatrices tuertas,
crédito, creciente de cruces quebradas,
nube de tiempo evaporado,
lluvia de ayer, isla, ciudades,
hombres en muchedumbres abandonados,
en masa muerte muda, mía,
que en pedazos se clava en piernas,
en mis brazos,
casa, choza, cabaña, montaña,
cielo con nubes grisáceas,
dolor de perro muerto,
sirenas de madrugada,
fuego que se consume en su propio humo,
vela enterrada,
lagos de llamas,
sequias, llagas,
llovizna salada,
mares de gente,
ríos de hambre,
agua…
Ahora la marea calla.
En la playa,
no existe diferencia
entre arena y agua.
miércoles, 27 de enero de 2010
Anduvo entre sirenas,
entre palmeras y matorrales,
no conoció desierto en la arena,
el oleaje empapaba sus manos de frutas tropicales,
de peces, de rocío, de mieles,
olvidó el sabor del llanto,
el olor de smog, el aire de celda,
sus pasos eran de brisa de selva,
de paraíso exótico, de Edén,
de vida eterna…
La ventana cerrada,
la cama distendida,
peste en humo mordiendo
sus manos.
No había ni selva ni sirenas.
Aullidos de llantos salvajes a la intemperie,
gusanos de hambre entre los dientes,
el eco de una bala distante…
Miente,
este mundo no es real,
miente.
Abrió los ojos en medio de una cascada.
Sus manos temblaban de sed,
buscando entre las aguas un jugo que no existe,
besando labios fantasma.
Cavó en lo profundo de sus venas,
cinceló a mano sus llagas.
De sus muñecas bebió el escaso jugo
de la esperanza.
Subió la corriente,
lo arrastraba. Llovía.
Las cortinas ondeaban.
Un plato sucio, un vaso, una cuchara.
la T.V. temblaba.
Es muy pronto.
Aun falta.
La isla era una barca de humo
que le ahogaba.
Hasta sus rodillas unas aguas grisáceas
que le hundían,
En lo profundo de sus pulmones soledad.
Aun falta.
Por favor, mas…
El mapa de un tesoro.
Plata, rubíes, lingotes,
sirenas para amar,
cuerpos de mujeres exóticas,
labios dulces, pechos firmes,
lo sublime de sus pezones al nadar…
Esto es el cielo,
esto es dicha,
esto es amar.
Hacia frio.
Un auto se alejó al pasar.
En sus ojos insomnio,
en su pecho desnudo un frio infernal.
Sus entrañas podridas rugían.
Vuelve.
¿La muerte es dormir o despertar?
Tomo el pincel en sus dedos,
en su nariz dibujó el mar.
Un tiburón, un pez, una foca,
corales, pulpos cangrejos,
tortugas, agua salada, arena, paz.
Las sirenas lo arrastraban
a los mas profundo de su mar.
entre palmeras y matorrales,
no conoció desierto en la arena,
el oleaje empapaba sus manos de frutas tropicales,
de peces, de rocío, de mieles,
olvidó el sabor del llanto,
el olor de smog, el aire de celda,
sus pasos eran de brisa de selva,
de paraíso exótico, de Edén,
de vida eterna…
La ventana cerrada,
la cama distendida,
peste en humo mordiendo
sus manos.
No había ni selva ni sirenas.
Aullidos de llantos salvajes a la intemperie,
gusanos de hambre entre los dientes,
el eco de una bala distante…
Miente,
este mundo no es real,
miente.
Abrió los ojos en medio de una cascada.
Sus manos temblaban de sed,
buscando entre las aguas un jugo que no existe,
besando labios fantasma.
Cavó en lo profundo de sus venas,
cinceló a mano sus llagas.
De sus muñecas bebió el escaso jugo
de la esperanza.
Subió la corriente,
lo arrastraba. Llovía.
Las cortinas ondeaban.
Un plato sucio, un vaso, una cuchara.
la T.V. temblaba.
Es muy pronto.
Aun falta.
La isla era una barca de humo
que le ahogaba.
Hasta sus rodillas unas aguas grisáceas
que le hundían,
En lo profundo de sus pulmones soledad.
Aun falta.
Por favor, mas…
El mapa de un tesoro.
Plata, rubíes, lingotes,
sirenas para amar,
cuerpos de mujeres exóticas,
labios dulces, pechos firmes,
lo sublime de sus pezones al nadar…
Esto es el cielo,
esto es dicha,
esto es amar.
Hacia frio.
Un auto se alejó al pasar.
En sus ojos insomnio,
en su pecho desnudo un frio infernal.
Sus entrañas podridas rugían.
Vuelve.
¿La muerte es dormir o despertar?
Tomo el pincel en sus dedos,
en su nariz dibujó el mar.
Un tiburón, un pez, una foca,
corales, pulpos cangrejos,
tortugas, agua salada, arena, paz.
Las sirenas lo arrastraban
a los mas profundo de su mar.
miércoles, 13 de enero de 2010
Agua salada
¿Alguna vez han conocido a alguien que de verdad no merezca la muerte?
Este texto habla de algo por el estilo.
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Su sangre era de agua salada.
En los ojos de su madre
brotaba una laguna de peces fantasmas.
Había sed flotando en las aguas.
Había sueños, despertares, mañanas,
había tan poca vida en las horas
que el reloj marcaba.
Seca la laguna gritaba.
Ningún despertar era mañana,
ningún dormir noche,
se extinguieron todas las camas
y no había ni un atardecer en la ventana,
no había luna ni flores
ni aves que volaran.
No había perfume en las rosas
ni sabores ni esperanzas.
No había ausencia en la nada,
brotes de alcohol eran la última esperanza,
cada comida la ultima cena
y mientras mas se acercaba al mundo real
mas entre sueños naufragaba.
La vida es una barca que se hunde
entre las aguas,
sus lagrimas un remolino
que trata de deslavar
lo poco que queda de esperanza.
La muerte es, en mar abierto,
la playa mas cercana.
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