Naufrago

Un pequeño texto de reciente nacimiento.

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Saludos a todos los que pasan por aquí.

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Corrí entre charcos de hormigón
por todo el desierto de mi isla.
Fueron pasos eternos
que conté uno a uno
como quien cuenta los días en vela.
Fueron montañas de ausencias,
aves volando podridas,
millones de arenas que aun no terminan.

Llegando de un extremo a otro
sin que el alba cansada me siguiera,
sin que los amaneceres me alcanzaran
sin un alma que me esperara
encontré mil voces
en un barco
muertas.
 
Despacio, susurrando
me habló de sus penas.

(Buque ahogado entre polvo de aguas muertas,
espina de pescado disecado,
viajero en viaje eterno encallado,
abono de sueños abandonados,
edificio de los muertos,
tumba de ecos, de sonidos enterrados.
exhala en mi alma eterna,
cuéntame de la historia que todos tenemos
y que todos ignoramos,
susurra a mí oído lentamente los canticos de los mudos,
los perfumes de los geranios,
la brisa del smog, de la muerte y de los autos,
los prados verdes colmados de asfaltos…)

Tome entre mis brazos una piedra llorando,
pidiendo su mamila como un niño muerto después del parto.
Tomé una rosa, una palmera, un coco,
un hombre con sus ropas rasgadas de pies a cabeza,
un niño, un semáforo,
un hombre de traje negro, uno sin traje temblando,
una pared de casa cansada, un perro abandonado.
Entre mis manos estreche el mundo,
todo entero llorando.

Se anegaron de polvo y llanto
las almas muertas y el barco.
Se hundieron en la falta de memoria
los rostros de los hombres que pasaron,
los juegos de los niños, los cantos,
las voces que en mis ojos se había anidado.
Y lo que no,
en mi infinita isla muerta,
sigue esperando.